jueves, 21 de julio de 2016

Jugar a chapas.



- Hoy quiero hablar sobre un juego al que dediqué gran parte de mi infancia y que se ha perdido con el paso de los años. Algunas marcas multinacionales tratan de revivir este divertido pasatiempo, aunque las video-consolas, celulares y demás siempre acaban acaparando la atención de los menores en la actualidad.

Lo llamábamos "jugar a chapas", aunque también es conocido como "fútbol-chapas". En el País Vasco llamábamos "iturris" a las chapas, en honor a las chapas de la marca de gaseosas "Iturri-Gorri". Y es que estos simples tapones de botellas de vidrio daban mucho juego a la imaginación. También se podían hacer carreras ciclistas, pero de eso ya hablaré más adelante. Hoy toca fútbol, hoy toca jugar a las chapas.

-Insisto en que la imaginación tenía un gran papel en esto de crear los equipos con las chapas. Los más maniáticos del orden buscábamos chapas de la misma marca. Daba igual que todas fueran de Coca-Cola, Keller, Mahou, Schweppes, Bitter Cinzano o Kas, entre muchas otras. Por poner un ejemplo, las de Bitter Cinzano combinaban muy bien con el Osasuna, y yo utilizaba las de Pepsi para combinar los colores de mi Celta. Nos pasábamos una mañana entera pidiendo "iturris" por todos los bares del barrio, y después los guardábamos en nuestra caja de Farias que, a su vez, valdrá para construir las porterías.
Normalmente usábamos cromos de fútbol para componer nuestros equipos y dar mayor realidad al asunto. Pero la falta de paga nos provocaba sacar todo nuestro ingenio y configurábamos nuestros equipos con hojas de cuaderno en las que dibujábamos dorsales, escudo y nombre del jugador, como podéis ver en la anterior imagen.

Ahora solo quedaba buscar un buen "estadio" para jugar innumerables partidos. La tarea era buscar un suelo liso para que la "bola" corriera bien y no provocase muchos botes extraños. Con una tiza hacíamos las líneas del campo de juego y, como he dicho anteriormente, creábamos las porterías cortando la caja de Farias por la mitad. Cualquier caja podría valer, siempre y cuando las porterías tuviesen un tamaño razonable. Como balón, un garbanzo era lo ideal, o cualquier mini-esférico que no corriese demasiado, claro.

Una vez dispuesto el terreno de juego, porterías, balón y los 22 "futbolistas", solamente queda explicar las reglas. Cada calle, cada barrio, cada ciudad y cada comunidad autónoma podía tener sus reglas, aunque éstas siempre fueron más simples que el mecanismo de un chupete.
La pelota era lanzada desde una altura y desde el eje circular del campo. El primero en repartir juego sería el propietario de la chapa más cercana a la bola (esto siempre generaba absurdas discusiones sobre quien estaba más cerca). Por lo demás, el juego iba marcado por un tiempo razonable (5-10 minutos) y con las reglas oficiales del balompié como base. ¡Y a marcar goles!.

El juego de las chapas tiene tantos años de existencia que no se puede saber su antigüedad con exacta certeza.

- Hablamos de un juego muy antiguo, casi de origen desconocido que entretuvo a millones de niños. El juego de las chapas incluso tuvo mención en algunas películas y series, como fue en el caso de un capítulo de la serie "Cuéntame" en la que Imanol Arias lo pasa en grande como un crío de diez años jugando contra otros "trajeados" de cierta edad. Pero es que jugar a las chapas nunca pasará de moda en nuestros corazones, y todos guardamos bellísimos recuerdos de aquella dulce infancia.

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