jueves, 18 de octubre de 2018

Bocadillos de los ochenta.



- En aquellos años que alucinábamos con la imaginación y los inventos del siempre idolatrado MacGyver, nuestras madres nos sorprendían con otros recursos para ofrecernos una merienda ajustada a las necesidades de la época. Pasó de ser un recurso económico a ser un deleite para nuestros paladares, y así crecimos con aquellas meriendas improvisadas de la década de los ochenta.

No todos podíamos merendar a diario un buen bocadillo de Nocilla, y ya no hablemos de otros productos de la repostería como los Phoskitos, Bollicao, Tigretón, Donuts y demás marcas a las que muchas familias no podían acceder diariamente.
Para suplir aquellas carencias estaba la imaginación, y nuestros padres nos ofrecían otras posibilidades para endulzarnos sin tener que recurrir a rascarse el bolsillo. Además, la intención era comer algo sano o más artesanal, y no estar alimentados a base de componentes artificiales.

Uno de los grandes recursos era el bocadillo de chocolate. La "receta" era tan sencilla como partir una tableta de chocolate con la misma medida de una barra de pan y meterla entre migas para "chocolatearnos a gusto". Eso sí, el chocolate tampoco salía regalado por entonces.

Otra buena manera de sustituir al clásico bocadillo de Nocilla era untar margarina o mantequilla suave en el pan y a continuación espolvorear Cola Cao al gusto... y cuanto más mejor. Aquella era una buena forma de comer algo diferente, aunque pasarnos con el chocolate en polvo provocaba más de un ahogo que nos convertía en dragones de cacao.
Lo malo de ese bocata de Cola Cao era atragantarse con los polvillos del producto, ya que podías pasarte un buen rato tosiendo chocolate. No era una merienda muy limpia que digamos, pero al menos cumplía con la función de alimentarnos.

Sin duda, una de las opciones favoritas de mi infancia era comer un buen bocadillo de azúcar con margarina o mantequilla. ¿Quién no lo ha probado alguna vez?. Yo reconozco que más de una vez me he zampado un ejemplar de estos, incluso no hace mucho.

No hay que olvidarse de los embutidos, por supuesto. Bocatas de mortadela, chorizo, jamón york y queso que también podían ser combinados con la socorrida natacha. También mezclábamos queso con chorizo e incluso jamón o mortadela con chorizo. Tampoco eran malas opciones, aunque sí algo más caras.

El delicioso bocadillo de margarina con azúcar, algo que se ha perdido con el paso del tiempo. 

- Por último os descubro  (por si no lo sabéis) otra variante de bocadillos que devoré durante aquellos añorados años. Para ello había que utilizar la sartén y el aceite, freír jamón de york unos segundos y montar un espectacular bocadillo de jamón calentito con mayonesa. Esto era un auténtico vicio del que no prescindo hoy en día.

Así eran los bocadillos de los ochenta, originales, económicos y deliciosos. Actualmente se abusa de la repostería o el servicio rápido de un Mc Donald´s o Telepizza, pero muchos padres podrían poner a prueba a sus hijos con aquellas meriendas tan nostálgicas como nutritivas.

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