- La mano Loca es un inolvidable juguete de veinticinco pesetas que se popularizó mucho en territorio europeo entre los años ochenta y noventa. Esta goma pegajosa fue el objeto de deseo de muchos niños de nuestra época y, como pasaba por entonces, las modas de ciertos juguetes provocaban grandes ventas en los establecimientos que las comercializaban.
Su estructura era bastante simple. La denominada "Mano Loca" estaba hecha de goma, y era una especie de spaghetti con una mano que se pegaba en cualquier pared, techo, mueble, cristal... etc. Y todo era gracias a su poder viscoso, el cual se perdía con el frecuente uso. Claro que había soluciones, pero éstas no nos aseguraban la eterna duración del nostálgico juguetito.
Recuerdo que nuestros mayores nos aconsejaban para recuperar el poder de esta elástica mano con tal de no rascarse el bolsillo y sacarse otros cinco duros. La solución más conocida para la recuperación de la Mano Loca era la de meterla en un recipiente con agua y jabón: Fairy, Mistol o cualquier gel que soltase la porquería de nuestra querida gomita juguetona. Pero, pese a ese gran remedio casero, la dichosa manita no nos duraría muchos asaltos, puesto que dicha operación haría que la goma se picase con facilidad... así hasta partirse el juguete en varios trozos.
Las había de muchísimos colores: azules, rojas, amarillas, verdes... Pasábamos grandes ratos atizando a diestro y siniestro para después aguardar la caída de la mano... a veces, incluso competíamos para ver cuál era la última mano en desprenderse del techo.
Otros juegos eran más crueles, y algunos niños utilizaban la manita elástica para golpear a otros. Sí, la Mano Loca también se convertía en una eficaz arma para incordiar a los demás... ¡y cómo picabala condenada!.
La Mano Loca reapareció con el paso del tiempo convertida en formas de animales u otros objetos. |
- Aguantábamos todo lo posible por conservar nuestro preciado juguete. Se ensuciaba, adquiría pelusilla, se iba rompiendo por partes y cada vez se adhería menos a las paredes. Esperábamos al domingo siguiente para poder comprar otra mano, y ya de paso optábamos por un color diferente.
Como muchas otras modas de la infancia, la Mano Loca pasó a la historia. Como si de una continuación de la peli de Terminator se tratase, el olvidado juguete elástico apareció unos años después evolucionando considerablemente. La mano dio paso a otras formas. No hace mucho pude comprobar la mutación de la Mano Loca. Cuando regentaba mi propia tienda de chuches, un repartidor me ofreció unos nuevos juguetes que revivieron mis aires nostálgicos. La mano dio paso a formas de animales: cocodrilos, murciélagos, sapos, sirenas, serpientes... Lo que nunca cambió fue la función del juguete, y gracias a la experiencia de mi infancia pude explicar a muchos niños lo divertido que era este novedoso juguete, por lo que conseguí vender bastantes "gomitas" que antaño se llamaban "Manos Locas".
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